Heidi Rótulo
TÚ ERES MI DESTINO
Ante la convicción
de que mi paso anterior
ya está borrado,
el destino alumbra
mi ternura salvaje
en movimiento,
la pasión estalla en mis entrañas.
Tan justo y tan propicio
apareciste tú, con gesto gentil,
plenitud, fuente de amor,
como el sueño más deseado.
Enredado mi vientre con el tuyo,
imperativo,
hundiendo mi rostro en tu fragancia,
ebria de roces húmedos
de dos cuerpos,
de implacable y mágico contacto.
TÚ
Necesito el calor de tu cuerpo,
el roce de tu piel,
despertarme a tu lado.
Así, mis sueños permanecerán
Intactos.
SUEÑO DE PRIMAVERA
Los recuerdos renacen en Primavera.
Siento que mi cuerpo vibra, aún sin verte.
Late al ritmo de roces elocuentes,
a través de la memoria.
Celebro ese encuentro, sin saber,
si mi sueño se desvanecerá con el tiempo.
LA PERSONALIDAD
Ni los genes, ni la cultura pueden imponer nuestra personalidad.
Si bien heredamos los genes y lo que nos impone la sociedad, esto es moldeado según lo que nos suceda durante la vida desde que nacemos.
El comportamiento dependerá, en parte, de los genes y de lo que hayas transitado en tu vida, de las experiencias buenas o malas, eso determinará tu personalidad. Los genes se modifican según la evolución de la persona y son importantes pero no definen la personalidad. La autorregulación es la que permite moldearla eligiendo patrones que nos parecen importantes.
Podemos controlar las emociones, pero para ello debemos prestar atención y conciencia en las decisiones.
Hay un sinfín de personalidades: comprensivas, manipuladoras, cariñosas, pacientes, irresponsables, tenaces, arrogantes, dependientes, obedientes, desconfiadas, alegres, narcisistas etc.
Por todo esto es bueno hacer una reflexión lo que realmente nos es útil y entender cuáles son las que traen problemas.
La personalidad debe ser trabajada y construida según lo que cada uno considera que le permitirá poder vivir en armonía, en paz en relación con los demás.